Hace mucho tiempo, había una aldea donde vivían personas muy pequeñas, tenían muchos animales, pero alguien se las comía. El culpable era un cocodrilo enorme, que devoraba vacas, caballos y todo animal que encontraba a su paso. Pero un día los aldeanos, decidieron ir a cazarlo. Se aventuraron al bosque, en medio de él, se encontraron a una rana gigante, la cual les dijo, ¡no lo sigan buscando!, ¡pues los matará!, es muy grande y fuerte. Pero aquellas personas no le hicieron caso a la rana gigante y siguieron su camino.

En el transcurso, también encontraron a una gallina gigantesca, la cual les dijo lo mismo, que no siguieran a aquel feroz ser, porque se arrepentirían; pero aquellas personas de igual manera, ignoraron sus palabras. Por lo que la gallina, al seguir su camino estas pequeñas personas, corrió rápidamente, a avisarle al cocodrilo lo sucedido. Comentándole ¡vienen los humanos a cazarte!, tenemos que prepararnos para atacarlos primero. Entonces prepararon su plan, el cocodrilo atacaría primero, y después la gallina, pero al llegar las personas frente aquel animal gigantesco, se quedaron pasmados y asustados, pues nunca habían visto un cocodrilo como ese. Por lo que al no poder derrotarlo, pues eran muy pequeñitas, le ofrecieron comida y refugio, aceptando esta oferta la feroz bestia.

 

Todos los días, los habitantes de la aldea, le llevaron comida al cocodrilo y un gran florero con muchas flores de colores para que él no se sintiera solo, y el en agradecimiento los defendía de las personas malas que querían atacar su aldea. Los habitantes de la aldea, estaban muy contentos y seguros porque nadie les podía hacer daño, tenían su cocodrilo que los protegía.

 

Ahora ya se saben comunicar bien con el cocodrilo, saben lo que le gusta y lo que quiere, ¡es su mejor amigo¡.